Yegua Adolescente: El día que se comió a Carlos, el cagao.

Otro lunes asqueroso, pero pa' reirlos tenimos a la Yegua Adolescente y su lista de comíos.

"El día que me comí a Carlos, el cagao"

Me da rabia hasta acordarme de él, a este lolo lo conocí en una reunión de trabajo, reunión pituca llena de corbatas, y yo por supuesto con un traje bakan y mis bigotes.

La reunión terminó tipín 2:30 de la tarde y el mino aquel, muy rico hay que decirlo, me invitó a tomar un café. Ahí caché que la cosa partía mal, por que a esa hora lo lógico es que me invitara a almorzar, pero bueno, acepté igual.

Llegamos al café, muy caballero, corre silla pallá, corre silla pacá, simpática conversa, risas, ojitos y bla bla bla. Gran sorpresa me llevaría cuando el muy cagao me dice careraja.

C: Pide algo barato, porque ando con poca plata.
V: cueck

Me reí obvio, si pensé que me estaba molestando, además estábamos en un café, o sea ¿que gueá cara se puede pedir en un café?

C: Hablo en serio, es que se me quedó la billetera en el auto.
V: ok no hay problema, yo invito. (si, soy bien gueona a veces)

Después de eso intercambiamos teléfonos y juro por la mismísima virgen de Guadalupe que el gueón jamás gastó un peso en llamarme, me hacía llamadas perdidas, si, leyeron bien, llamadas perdidas, el mino llamaba y cortaba para que yo la muy saco de pelotas le devolviera la llamada, y si poh lo hacía, si el mino era rico, que mas iba a hacer.

Estuvimos un par de semanas coqueteando pesao. Una noche me invitó a la playa, rico, romántico y seductor, pero ahí estábamos en el auto, puro conversando y amenizando con el pack de becker 4 por luka con las que se rajó. Un par de minutos después el lolito entró en calor y empezó a tirar las manos, y chucha, una ya no tiene 20 años poh, por lo menos yo, dejé de tirar en autos hace rato, y no por un problema de elongación, aun me manejo bien, es por un tema de dignidad, gueón yo no puedo a esta altura arriesgar a que los pacos me lleven presa en pelota por pisar en la vía publica, paso, no puedo, no me concentro.

V: (con la media vena) ¿podríamos ir a otro lado?
C: ¿Me vas a invitar a un motel?
V: (puta la guea, otra vez en acción sinniunoman) Bueno, te tinca?
C: Vamos pero tu pagas, por que ando sin ni uno.

Asumo mi responsabilidad, por que a una a veces le gusta vender la pomá de mina independiente y solvente.

En ese momento recordé las palabras de mi abuela:

A: (20 años atrás) Hija querida, algún día conocerá a un gueón cagao, estos balsas sólo sirven para titar una sola vez, nunca lo dejes entrar a tu casa o se instalarán con monos y petacas a esperar que lo mantengas. Generalmente son pa chuparse los dedos, se visten bien y aparentan tener una vida acomodada, pero son los reyes del free pass y a lo más te invitarán al cine el día del dos por uno.

No me voy a dar muchas vueltas en esta historia, el gueón era un cagao de mierda y punto, no se trataba de un cesante o un universitario que cuida sus pesitos, no, un gueón con buena pega pero enfermo de amarrete.

Salí muy pocas veces más con él, y sólo por necesidad biológica, aunque siempre con la esperanza de que algún día se acordara de salir con la billetera.

Todo llegó a su fin un día que me invitó a bailar, no niego que la pasaba bien con el lolo, pero ya me había aburrido de acarrearlo en el auto y financiarle hasta los condones, así que ese día le dije que iría con una amiga en el auto de ella. Nos encontramos en la disco, mi actitud era distinta. Ya me tenía apestá el saco de gueas.
Mientras bailábamos el mino me quitaba el vaso de la mano y sin ni una vergüenza se lo echaba pa entro, con la otra mano me quitaba el cigarro.

(5 a.m.)
C: ¿Vamos a mi casa?
V: Bueno, pero tendremos que irnos en taxi.
C: Ok, no hay problema.

Un par de kilómetros después, el mino una vez mas empezó con su actuación buscándose la billetera en los bolsillos, mmm cuando caché que no tenía ni un peso, saqué el celular de la cartera…

(Mensaje de texto)
V: Caro, urgente, en cinco minutos, calle Prat esquina Borgoño.

Avanzamos un par de cuadras y en el siguiente semáforo, abrí la puerta del taxi...

V: Me aburriste gueón cagao, desaparece. Paga como puedas. (Portazo).